Una serie de dibujos animados de finales de los 80 ilustraba cómo funcionaba el cuerpo humano de una manera divertida asignando personajes casi humanos a las células, sistemas y otras partes de la anatomía. En el capítulo del sistema inmune, sus integrantes eran una especie de fuerza aérea y de infantería con potentes armas para combatir bacterias, microbios y otros peligros.
Es difícil encontrar una mejor forma de explicar lo que es el sistema inmune, es decir, ese que defiende al cuerpo contra las infecciones, a gérmenes y virus invasores para mantenernos sanos. Funciona por sí solo, pero los expertos aseguran que hay formas de reforzarlos bien sea con ejercicio físico, relajación, alimentos o suplementos.
Los componentes de ciertos alimentos son de mucha utilidad para fortalecer nuestras defensas. Es bien conocida la eficiencia de los cítricos (limón, naranja, mandarina), pero existen otros que también ayudan como el ajo, las almendras, el brócoli, el chocolate negro, las espinacas y el pollo. Más allá de las propiedades de estos alimentos, la clave es que sean parte de tu dieta balanceada.
Siguiendo con las comidas, podés incluir los probióticos, que también tienen efectos benéficos sobre el sistema inmune. Los encontrás en los yogures, encurtidos que están en vinagre, en quesos como el mozzarella o el cheddar.
Es una regla general para el bienestar, pero no está demás recomendar que se debe evitar el alcohol, el azúcar y la comida procesada. Los especialistas aseguran que no existe ninguna hierba ni vitamina con la que se pueda prevenir automáticamente una gripe u frenar algún virus. Pero de lo que sí están seguros es de que el consumo moderado de vitamina D puede ofrecer protección si te hace falta.
Para ello debes hacerte unos análisis y consultar con tu médico que te indicará la dosis adecuada, dependiendo de tu estado de salud general y edad.
De forma natural, la vitamina D la podés obtener tomando sol. La Organización Mundial de la Salud (OMS), asegura que en verano y primavera es suficiente si nos da el sol en los brazos y cara durante 10 o 15 minutos unas tres veces por semana. Recordá que si te exponés más tiempo es necesario usar protector solar.
Por otra parte, es recomendable practicar algún tipo de ejercicio como nadar, montar en bicicleta o ir al gimnasio. Pero también aquellos menos tradicionales y que no necesariamente implican esfuerzo. Puede ser yoga (cuyas técnicas de meditación también son útiles), tai chi, pilates, entre otros.
Es importante evitar el sobreesfuerzo. Si no tienes como hábito ejercitarte inicia con moderación, de acuerdo con tu condición física y edad.