Cuando estamos frente a la góndola en el supermercado o cuando vamos al almacén podemos pensar que lo más importante es el precio de los alimentos que compramos, sin embargo, hay otro elemento clave que debemos observar y que nos puede ayudar a tomar la decisión de compra: la etiqueta.
En Argentina, como en muchos países, existen normas que regulan lo que debe ir impreso en los empaques de los alimentos. De esta manera se busca que los consumidores tengan a la mano la información para decidir si el producto que adquieren se adapta a sus necesidades alimenticias.
Así que en cualquier presentación que vengan los alimentos estos deben tener el rotulado nutricional, la identificación, procedencia, duración, instrucciones de uso (si corresponde) y los datos del importador (si es el caso).
Además de la fecha de vencimiento, lo más importante para el consumidor en esa etiqueta es el rotulado nutricional, pues allí se indican los nutrientes, el contenido energético, e ingredientes.
¿A qué debemos prestar atención en estos datos si queremos llevar alimentos más sanos a nuestra casa? Lo primero que hay que saber es que la etiqueta nutricional nos indica los valores equivalentes a una porción y el porcentaje de calorías diario.
Lo que sigue a continuación es lo que va a determinar si queremos consumir o no ese producto, porque nos mostrará la cantidad de grasas, carbohidratos, colesterol, sodio y vitaminas.
En la sección de grasas es importante evitar aquellos alimentos altos en grasas saturadas. Estas grasas elevan el colesterol «malo» y reducen el colesterol «bueno», por lo que su consumo continuo puede causar problemas del sistema cardiovascular. Lo ideal es consumir hasta 30 gramos de ellas al día.
Obviamente, los productos ricos en vitaminas y minerales (hierro, calcio, por ejemplo) son más beneficiosos y esa información también la podremos ver allí. Algunos productos resaltan esos datos en la parte frontal, porque son un valor agregado para su comercialización.
En esa misma etiqueta nutricional podemos ver el contenido de sodio del alimento, es decir, la cantidad de sal. Los nutricionistas recomiendan elegir productos con menos de 140 mg por porción y si su régimen lo requiere, también allí puede ver si se trata de un alimento libre o bajo de sodio.
Otra información de valor que encontramos es la cantidad de fibra. A mayor cantidad de esta, el alimento le dará más sensación de llenura, contribuirá a su flujo digestivo y evitará que busque algo entre comidas.
Finalmente, un dato clave es la cantidad de azúcar. Es importante fijarse en la cantidad, pues mientras menos contenga mejor, ya que todos contienen azúcar que no es natural (como la de las frutas) y los expertos coinciden en que esta no es nada saludable.