El nivel de comodidad que cada uno tiene en las distintas situaciones sociales varía y depende de los rasgos de la personalidad de los individuos, así como de sus experiencias de vida. Algunas personas son reservadas y otras más extrovertidas.
Existe un rango de síntomas que es importante evaluar para saber si esa timidez está causando serios problemas con el desarrollo de actividades cotidianas o si se trata de conocer estrategias para romper el hielo y relacionarse sanamente con compañeros de estudio o trabajo.
Una de las causas que los expertos han detectado que originan este temor radica en los pensamientos negativos. Esas ideas que dan vuelta a la cabeza imaginando que lo que queremos decir no es importante o que los demás no lo tomarán en cuenta. Por eso recomiendan no ser tan exigente con uno mismo cuando se está en una situación social. La perfección no existe y hay que ver cada interacción como un camino de aprendizaje.
Romper con esas creencias que generan límites es clave para vencer la timidez. Si tu comportamiento social se habitúa a no expresarte por miedo, entras en una dinámica de no atreverte cerrando las posibilidades de conocer nuevas personas, dar tus puntos de vista y compartir con otros.
Experimentar es otra de las soluciones. Puede ser participando en grupos, asistiendo a actividades que impliquen interacción social u otro tipo de situaciones en las que puedas conversar. Allí probarás tus límites e irás controlando el miedo de manera que puedas ganar soltura. Ve de menos a más, es decir, ser breve en un primer momento y luego a medida que te sigas probando verás cómo cada vez puedes expresarte con mayor tranquilidad.
Como todas las emociones, el temor tiene su manifestación en el cuerpo, si te das cuenta de cómo ocurre en el tuyo, podrás rehabituarte. Pide a alguien de confianza que te ayude a darte cuenta de cómo haces contacto visual, tu postura mientras conversas y cómo puedes mejorarlo.
Hay muchos libros que te pueden ser de ayuda si quieres relacionarte con más soltura con las personas. Sus consejos pueden brindarte una serie de estrategias para cuando decidas experimentar y comunicarte con otros. Uno que no pasa de moda (y de hecho se sigue publicando) es Cómo hacer amigos e influir sobre las personas de Dale Carnige. Todo un clásico del que seguramente podrás aprovechar algunas buenas ideas.
Ten en cuenta que a diferencia del nerviosismo diario o cierta timidez, existe el trastorno de ansiedad social que implica miedo, ansiedad y evasión, si estos interfieren con la rutina diaria, el trabajo, la escuela u otras actividades es importante que consideres solicitar la ayuda de un profesional de la salud mental que te orientará desde su perspectiva de especialista para que salgas exitosamente de esa situación.