Comer más sano es un reto que todos nos hemos planteado en algún momento, bien sea para estar en forma o para atenuar los efectos de alguna condición médica. La pregunta que surge con frecuencia es cuál es la estrategia más adecuada y cómo evitar los extremos. Una alternativa muy difundida es la dieta paleo, conocida por su propuesta de abandonar los carbohidratos.
La dieta paleo es un plan nutricional que se basa en consumir alimentos como lo hacían los humanos de la época del Paleolítico (también conocida como la Edad de Piedra). Hablamos de hace al menos unos 12.000 años, cuando los primeros humanos vivían de lo que cazaban y recolectaban. De esta manera, la propuesta es comer carne de res, pescado, frutas, vegetales, frutos secos y semillas. Y quedan fuera del plato los granos, cereales, azúcares, papa y sal. También se excluyen la leche, quesos, yogurt y los productos procesados.
Los orígenes de la dieta paleolítica se remontan a finales del siglo XIX, pero cobra un auge inicial en 1975 con el libro “La dieta de la Edad de Piedra” del gastroenterólogo estadounidense Walter L. Voegtlin. Más tarde, en 1985 los científicos Stanley Boyd Eaton y Melvin Konner publican en el New England Journal of Medicine un estudio que avala los beneficios de este régimen nutricional.
No obstante, el nombre dieta paleo lo pone de moda Loren Cordian, en 2002 con un libro con ese título. A partir de allí se asoció con prácticas de ejercicios como el crossfit y en estrategias para bajar de peso de una manera menos extrema.
Como todo, esta dieta tiene sus detractores, sin embargo, varios ensayos clínicos muestran que es útil para adelgazar, mejorar la tolerancia a la glucosa, control de la presión arterial, reducción de los triglicéridos.
Un desayuno paleo, por ejemplo, puede ser una tortilla con pechuga de pavo y una manzana. Para el almuerzo pollo asado con brócoli hervido y en la cena pescado al horno con berenjenas a la plancha. Entre comidas la clave son frutos secos, como un puñado de almendras o nueces. También bastones de zanahoria o frutas.
El apoyo de un nutricionista es importante para seguir cualquier régimen alimenticio, por eso es importante que le consultés para que te acompañe en tus decisiones tomando en cuenta factores como tu masa corporal, condiciones preexistentes y otros.
Algunas versiones de la dieta paleo son flexibles en cuanto a los carbohidratos y los admiten en pequeñas cantidades, pero la meta en sí es prescindir de ellos y es lo que la diferencia de otras dietas muy conocidas como la mediterránea.