El embarazo ajusta el cuerpo de la mujer para albergar la vida que se está en proceso de formación. Son muchos los cambios que se producen en y después del nacimiento del bebé, la madre encara el desafío de recuperar sus condiciones físicas.
Una nueva silueta se dibuja, el aumento de peso varía de persona a persona, pero puede estar entre los 9 y los 12 kilos, además los músculos deben restaurar ciertas funciones que pudieron verse postergadas durante la gestación.
El ejercicio regular después del embarazo ayuda a bajar de peso (combinado con alimentación sana), mejorar el estado cardiovascular, tonificar y fortalecer y tonificar los músculos (especialmente los abdominales), aumenta el nivel de energía, reduce el estrés y y los síntomas de la depresión posparto.
Es un proceso que lleva sus etapas, pero que puede iniciar desde los primeros días después del alumbramiento si no existen contraindicaciones médicas por cirugías u otras razones. Combinar un plan de alimentación con sencillos ejercicios respiratorios, circulatorios y de fortalecimiento (elaborados por un profesional), es un buen inicio para cubrir el primer mes y medio.
Cuando tienes un bebé recién nacido, hallar el tiempo para hacer ejercitarte puede ser difícil. Seguramente algunos días te sentís demasiado cansada como para un entrenamiento completo, pero lo importante es contar con apoyo de tu pareja, familia y amigos para desarrollar un programa que te haga sentir bien.
Los ejercicios respiratorios son útiles para incrementar la función pulmonar, ayudan a controlar el estrés y permiten empezar a activar la musculatura. En tanto, las rutinas circulatorias previenen y alivian edemas y várices. Por su parte, es clave fortalecer el suelo pélvico y trabajar los abdominales.
Es importante tener en cuenta que la recuperación posparto es muy individual y debe ser guiada por un profesional (kinesiólogo, fisioterapeuta u otros), capacitado para evaluar el estado físico de la persona y le proporcionará una rutina de ejercicios personalizado.
Una vez transcurridas las primeras seis semanas después del nacimiento del bebé, los ejercicios se pueden ir incrementando de manera gradual, siempre enfocados en fortalecer el suelo pélvico y los abdominales, pero incorporando otras actividades de mayor intensidad como nadar, trotar, andar en bici, bailar y yoga o Pilates.
Un aspecto clave es la práctica de ejercicio en compañía de tu bebé como una opción ideal para no separarte del recién nacido y empezar a ponerte en forma.
Obviamente no se aplica para todas las rutinas, pero sí por ejemplo con una caminata.Otra alternativa es el ejercicio en grupo con otras mamás, con tu pareja u otro miembro de la familia.