El embarazo es una etapa que viene con muchos cambios. Las adaptaciones que deben hacerse involucran también la alimentación, pues debe cubrir las necesidades nutricionales tanto de la madre como del bebé que viene en camino para que el proceso sea beneficioso para ambos.
Esta nueva dieta debe ser lo suficientemente balanceada para que el bebé se desarrolle sano y para que el peso de la madre no supere los 12 kilos extra durante los meses de gestación. Los cambios en el metabolismo que se producen durante el embarazo influyen en la absorción de los nutrientes y la falta de estos tienen consecuencias en el feto.
Los especialistas coinciden que las madres deben aprender a seleccionar sus comidas teniendo en cuenta las vitaminas, minerales, proteínas y grasas por sus funciones específicas para el bienestar propio y del bebé.
Uno de los minerales claves es el hierro, porque previene la anemia y permite asegurar que el feto reciba el oxígeno que requiere a través de la sangre. La principal fuente de este mineral son las carnes rojas, pero también se puede obtener consumiendo leguminosas como las lentejas y los porotos, cereales fortificados y vegetales como la espinaca.
Los bebés tienen un alto requerimiento de calcio y que si la madre no lo incorpora a su dieta, lo absorberá de los huesos, poniéndola en riesgo de estar más propensa a sufrir enfermedades como la osteoporosis. Por eso, es importante la ingesta de quesos, leche y yogurt, entre otros.
Las virtudes de algunos alimentos de contener diversos nutrientes es una ventaja para las madres, por ejemplo, las leguminosas aportan hierro y también ácido fólico. Este último es fundamental para la formación de nuevas células y también se encuentra en vegetales verdes como la acelga y en el jugo de naranja (que aporta vitamina C que ayuda a la absorción del hierro).
Otra vitamina importante es la D, que ayuda a la formación de dientes y huesos, así como a la absorción del calcio. Esta se obtiene consumiendo cierto tipo de pescados, como el salmón. Del grupo de las vitaminas B, la madre debe concentrarse en B6 y la B12. La primera es clave para la producción de glóbulos rojos y se encuentra en cereales, carnes blancas y frutas como la banana.
En tanto la B12, que se ingiere en los huevos, carnes rojas y blancas, así como en los productos lácteos, es clave para un buen desarrollo del sistema nervioso del feto.
Los especialistas recomiendan dar prioridad a los jugos y productos naturales, en sustitución de los procesados o que contengan colorantes, conservantes y otros aditivos. También aconsejan ingerir frutos secos, disminuir las frituras y reducir el consumo de café y gaseosas.