Lo que hay que saber sobre el déficit de atención

Un niño distraído, con bajas calificaciones en la escuela, irritable e intranquilo, puede a veces ser confundido como uno malcriado o caprichoso, pero todas esas son señales que advierten la presencia del Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad.

El TDHA, como se conoce por sus siglas, es un trastorno de origen neurobiológico que se expresa en conductas dentro de las categorías de inatención moderada a severa, impulsividad, inestabilidad emocional e hiperactividad.

Según la Universidad Favaloro, se estima que la prevalencia en la Argentina del Trastorno del Déficit de Atención es similar al resto del mundo, es decir, alrededor de un 5% en menores de 18 años. Ese porcentaje representa dos casos cada 20 niños o lo que en promedio significa un caso por aula.

Las causas del TDHA son genéticas en su mayoría, aunque un porcentaje está vinculado con alteraciones ocurridas durante el embarazo (por fumar, consumir alcohol y drogas), lesiones perinatales o en la ingesta de ciertos aditivos alimentarios.

Las señales de este trastorno se hacen presentes antes de los siete años de edad y afecta más a los niños que a las niñas. Su diagnóstico posterior hace un poco más complejo el tratamiento, pero es posible recibir la ayuda adecuada.

¿A qué hay que estar atentos? Una característica clara de la presencia de TDHA es la constante inquietud, problemas para concentrarse y seguir instrucciones y dificultad para establecer un orden en sus tareas. En el aula abandona el asiento en plena clase o en momentos inoportunos, habla en exceso o interrumpe a los demás.

Todas estas conductas están acompañadas de dificultades para aprender o desarrollar la escritura y la lectura, poca capacidad de cálculo y manejo de los números, desprolijidad hasta en tareas sencillas, entre otras.

Mientras tanto, en casa, es frecuente que no controle las reacciones a los estímulos, por ejemplo, la frustración de perder en un juego, le cuesta instalar hábitos o cumplir reglas y las actitudes negativas son una constante.

Estas conductas no deben confundirse con un mal comportamiento. Los especialistas aseguran que son una señal de alerta cuando se presentan al menos por seis meses de manera constante. No todos los casos son iguales y por ello se clasifican en tres grandes grupos: predominio de falta de atención; conducta impulsiva e hiperactividad y el tipo combinado.

Hasta ahora la ciencia no ha dado con una cura para el TDHA, pero los especialistas trabajan en tratamientos que ayudan a una reeducación del paciente. Por lo general se trata con una combinación de fármacos, terapia conductual, psicoterapia y grupos de apoyo.

Abrir chat
1
Hola. ¿En qué podemos ayudarlo?