La variedad de pastas es tan larga como un tallarín, o más. Espaguetis, tirabuzones, macarrones y un largo etcétera son parte de la dieta habitual de millones de hogares en todo el mundo, gracias a su facilidad de preparación y riqueza nutritiva.
La base de preparación es una masa cuyo ingrediente es la sémola, mezclada con agua, y a la que se añade sal, huevo u otros ingredientes, conformando un producto que luego se fracciona de diferentes formas.
A pesar de que la fabricación más común es con el trigo que presenta mayor cantidad de gluten, no es difícil encontrar pastas libres de gluten, así como otras al huevo, de morrones o espinacas. En varios países, como Argentina, es común encontrar pastas frescas.
La cantidad de alimentos con los que se puede combinar la pasta es otra de sus características resaltantes e incluso parte de la adaptación cultural de muchos países. Carne, pescado o leguminosas, son algunos de los acompañantes que se pueden ver, por ejemplo, a lo largo de América Latina.
Para el año 2020, las estadísticas indican que Argentina tiene un consumo per cápita de 8,5 kilo por año de pasta, con un claro favoritismo por las pastas secas que abarcan 86,5% del mercado nacional. Cada 25 de octubre se celebra el Día Internacional de la Pasta, como recordatorio del primer Congreso Mundial de Pasta que se celebró en Roma en 1995.
La pasta es un producto calórico y rico en hidratos de carbono, su contenido en grasas es muy bajo por lo que los nutricionistas recomiendan incluirlo en una dieta equilibrada. Su alto valor energético la hacen idónea para personas que realizan una alta actividad física. Además, es rica en vitamina B, vitamina E, ácido fólico, hierro y aporta antioxidantes.
Es un alimento que genera una sensación de saciedad durante mucho más tiempo que otros, lo que ayuda a evitar la ingesta entre comidas, esencial para quienes necesitan controlar su peso.
Su contenido de fibra es de excelente ayuda para regular el tránsito intestinal y combatir los problemas de estreñimiento, en especial la pasta integral, que es fuente de mucho potasio y fósforo.
Por otro lado, los especialistas señalan la importancia de que el consumo de pasta se haga con moderación y como parte de una dieta balanceada, debido a que diversos estudios apuntan que su ingesta excesiva no es recomendada para personas con diabetes o enfermedades relacionadas con el corazón. Investigaciones recientes también advierten que un consumo descontrolado puede desencadenar alergia a la pasta o al trigo.